Durante un tiempo, Pere Ribera seleccionó a algunos de sus alumnos/amigos mas destacados, y cada uno de ellos se dedicó a pintar como si soñara, en estilos muy diferentes, de temáticas dispares. Pero lo que hace excepcional esta experiencia, es que todos renunciaron a la intimidad de su estudio para compartir sus diferentes maneras de soñar, y todos opinaron unos de otros, todos se dejaron aconsejar, todos aportaron su visión a las obras del otro y todos pintaron como los otros. Y sin renunciar a la particular forma de entender su arte, sin renunciar a sus sueños, crearon un conjunto de pinturas unidas únicamente por el deseo de entrar en el sueño del otro.
Esta experiencia demuestra que en la diversidad se encuentra una motivación constructora, y que es precisamente esta motivación la que genera la materialización de diferentes poéticas que van, del expresionismo al surrealismo, del pop al romanticismo. Cada uno de ellos apreció en el sueño de los otros, pero cada uno de ellos tuvo un sueño diferente. Pintar es soñar.
Joan Feliu Franch
