La Diputación contribuye a la mejora del patrimonio histórico y cultural de Castellón con la restauración de decenas obras

7 de Abril de 2014

La Diputación de Castellón ha restaurado desde 2011 una cuarentena de obras de arte de los municipios de la provincia entre pinturas, esculturas, mosaicos, lienzos, etc., con lo que ello supone para el mantenimiento y puesta en valor de este patrimonio de la provincia. Esta tarde ha tenido lugar la presentación de la restauración de la peana procesional de la Virgen, que se ha realizado por el Servicio Provincial de Conservación y Restauración de  Bienes Culturales, y que le ha permitido recuperar su esplendor original de 1909 cuando fue tallada por el escultor Tomás Viciano Martí.   “Ese legado patrimonial lo encontramos en cada uno de los 135 municipios de esta provincia, y tras visitarlos todos puedo asegurar que en cada uno de ellos hay un museo por descubrir. Peanas como ésta, por la que quiero felicitar personalmente a Pilar Juárez y Juan Pérez por el trabajo realizado, lienzos del renacimiento, documentos centenarios, mantos únicos o piezas sacras de incalculable valor decoran hoy las iglesias de esta provincia”, ha indicado el presidente provincial, Javier Moliner.   La peana procesional de la “Verge del Lledó” es una obra escultórica de 130cm de alto x 120cm de ancho x 120cm de profundidad. Adornada con los escudos de la ciudad, se compone de dos ángeles finamente esculpidos, decorados y dorados con oro fino bruñido. Sobre una nube doble descansa la imagen de la “Verge del Lledó “en sus salidas procesionales desde la Basílica. A su llegada al Servicio de Restauración eran evidentes los daños en el soporte, grietas estructurales de pequeñas dimensiones y otras en cambio muy abiertas y profundas como en los brazos de los ángeles y la unión de las alas. Cabe señalar que la imagen de la Virgen se colocó sobre la peana el sábado 29 de marzo para presidir la Ofrenda de Flores de las Fiestas de la Magdalena, pero será el uno de mayo cuando la patrona de la ciudad abandone el templo para su traslado excepcional a la Concatedral Santa María, con motivo del II Año Mariano del Lledó. Minucioso trabajo de restauración La intervención realizada por los restauradores consistió en una primera limpieza superficial mecánica con brocha y aspirador. Se consolidaron algunos estratos pictóricos sueltos. Referente al soporte, sellaron las grietas mediante la inyección de una resina, se unieron los fragmentos sueltos mediante espiga metálica o, en otros casos, con espiga de fibra de vidrio y encolado. Los faltantes se reprodujeron con resina mediante moldes extraídos de fragmentos originales. Un ala de uno de los ángeles estaba suelta y se procedió a la eliminación de los tornillos que la unían a la espalda cambiándose por espigas de madera para asegurar su estabilidad. Seguidamente se pasó a una exhaustiva limpieza físico-química, para eliminar el ennegrecimiento tan desigual que presentaba la policromía dorada, con la finalidad de unificar la superficie y matizando numerosos repintes de anteriores actuaciones. Se estucaron las grietas y las reconstrucciones de faltantes de soporte con un estuco blanco. En las zonas de oro o plata se aplicó una capa de bol. La reintegración cromática se realizó con colores al agua.   Para las zonas doradas y plateadas se usaron materiales idóneos con el fin de homogeneizar las zonas de pérdidas con el original y completar la visión de los metales. La protección final del grupo escultórico se realizó a brocha: con un polímero acrílico disuelto en un hidrocarburo en los dorados y con barniz satinado en las figuras de los ángeles. Como medida para preservar la talla dorada y poder colocar los arreglos florales habituales en cada una de los cuatros lados del anda se han diseñado unas jardineras a modo de bandejas de fibra de vidrio extraíbles, que permite poner estos adornos protegiendo la talla del agua. Con esto conseguimos una importante medida de conservación preventiva porque protege la obra de futuros daños por manipulación.